domingo, 25 de diciembre de 2016

Cuando la actitud se impone a las excusas

Me han enseñado que rendirse no es una opción. Cuando la vida nos pone obstáculos, tenemos la capacidad de sobreponernos y superar esas situaciones adversas a la que nos enfrentamos. Se llama RESILIENCIA.
Ser resiliente es convencerse de que hay éxito detrás de lo que nos pasa negativamente, consiguiendo superar aquellos obstáculos sin pensar en la derrota. Es la entereza frente a la resistencia. 




Nuestra actitud ante la vida multiplica nuestras habilidades y nuestros conocimientos para enfrentarnos a problemas que aparecen en nuestro camino.
Lo fácil es buscar excusas para bajar los brazos, dejarse llevar por la apatía o culpar lo que nos rodea por todo lo que nos pasa.
Pero, ¿qué cuesta asumir lo que tenemos frente a nosotros y buscar soluciones?
No podemos cambiar lo que nos sucede, pero si podemos cambiar nuestra actitud frente a ello. Ver todo lo positivo que tenemos en aquello que se torna negativo, buscar soluciones a aquellos problemas de difícil ecuación. Resolver las dificultades de una vida que nos examina día a día, paso a paso.
Actitud, un argumento sólido para que podamos salir cada mañana a por todas. Mantener una actitud positiva ante la vida, es una necesidad.

Cuando escucho, cada día, miles de excusas que nos rodean, pienso siempre en tí y en aquello que te sobra y que es la llave de la vida: Actitud. Esa dosis de un medicamento que tú haces grande. 
Estaré a tu lado contagiándome de esa fuerza, de esa mentalidad positiva que enseñas magistralmente y con la que afrontas el bello reto de vivir.

martes, 22 de noviembre de 2016

Felicidad, que bonito nombre tienes

La felicidad es tan efímera como intensa, llena de pequeñas cosas cotidianas y se presenta cada día en detalles que nos erizan la piel. No hay que buscarla, llega como resultado de lo que siembras en cada paso, de esa conexión con quien realmente quieres, esa química que llena de paz y sosiego nuestras almas.




La felicidad es darse cuenta de que nada es demasiado importante. Aprender a relativizar muchas cosas, aquellas que son tan materiales como insignificantes, para darle más sentido a aquello que es intangible y eterno en nuestro recuerdo.




Volver a nuestro pasado nos lleva a vivir momentos felices. Sentir esos abrazos maternos, aquellos que te protegen de todo lo que nos rodea, su olor y calor, ese cariño desbordado que es la expresión máxima de felicidad entre una madre y su hijo. No sé si podemos llegar a comprender lo importante de esos momentos, que se diluyen rápido y que se recuerdan con el tiempo como un tesoro guardado en nuestra memoria.


Ser feliz en tu recuerdo,
con aquello que me dabas
ser feliz sin miramientos
en tus gestos y miradas.

Imagino realidades
que las lleno de esperanza
Porque al verte siempre pienso
un día más de lucha ganada.


Es felicidad que se desvanece
como el fuego que se apaga
Es felicidad que me sosiega
para ti ya reservada.




jueves, 10 de noviembre de 2016

Dolores que desgarran el alma

Hay dolores que desgarran, que se sienten tan adentro,
que castigan nuestra mente y torturan nuestro cuerpo.



Dolores que no se explican, ni se entienden,
son dolores compartidos, de quien quieres y a quien sientes,
que no se apagan, como vela que resiste, por el tiempo desgastada.

Son dolores camuflados y escondidos, que no dejar ver cuan sufrimiento.

Muestran valentía de una fuerza sobrehumana, acto de amor sin límites, una sinrazón de tanta bondad.

Tus dolores resisten para seguir viviendo, para disfrutar un día más de quien quieres. Oportunidad irrepetible de verles crecer, alegrándote las tardes, comprobando ese amor, protección y fidelidad de quien te acompaña en cada maltrecho paso. Generosidad infinita de una lucha que, poco a poco, llega a su fin.



Nos quedan esos momentos, felices a nuestra manera, con pasión y llenos de profundo amor. Ese amor sincero, libre, destapado e infinito. Un amor que creció en tu vientre y que perdurará a pesar del tiempo.

martes, 25 de octubre de 2016

Una vida en la memoria

Es María una mujer de mundo, que recorre de aquí a allá esas calles solitarias, paseando por ciudades extrañas, manejándose en los silencios  y en esos cielos emocionales empapados de profundo amor.  Ella me enseñó ese "viaje" interior a lo más profundo del ser humano. Encontrar en las emociones nuestro "yo" más profundo, jugándonos la verdad en la que creemos. Un sueño que compartimos con generosidad desbordada, de manos azotando el alma en cada abrazo, de sonrisas clavadas en la piel, de la complicidad y del esfuerzo moviendo a cada uno a cumplir sus retos. Son tus palabras fiel reflejo de lo que he aprendido en este tiempo. Creer en nosotros mismos, escucharnos y querernos hacia adentro para demostrar que existen razones para creer, razones para luchar y razones para vivir.

He aquí este homenaje a Maria Tremiño Gómez, que me enseñó tantas cosas sin decir nada, con palabras huecas que se esconden detrás de gestos y miradas que lo dicen todo.





"Habito en una casa cargada de memorias, por si el olvido me coge de improviso. Museo emocional, que alberga “sinrazones” que nadie guardaría y que yo adoro. No tienen valor al cambio y, de tenerlo, yo nunca lo sabré porque no las cambiaría ni por cromos. 
El banco, muy amable, me deja usufructuarla mientras pague... Entre tanto, la habito y me transforma, me habita y la transformo.



Papeles, pingajos, muñequitos, postales, cajitas y botellas, sombreros, maletas que no salen de viaje, que de vez en cuando las abro, cuando soy buena y me gano una sorpresa. Un viejo tablero de la oca que esconde los secretos de mi infancia y los revela, cuando estamos a solas. Una nota que, a pesar del polvo que soporta, me viene a recordar, de cuando en vez, que yo también mentí, también viví las trampas.


Los libros que leí, los que consulto para satisfacer esta necesidad que demanda mi mente, de entender cuanto siento. Quizá no está en los libros, pero los leo. Hoy sé que está en mi adentro. Y cuadernos, cientos y millares de cuadernos con versos ordenados y otros sueltos, papeles, servilletas robadas en los bares en vanidoso impulso por retener aquellos versos que se escapan, que se vierten sin aviso racional, que se me derraman sin tregua alguna. Calabazas de inspiradoras formas, fotografías de seres que yo amo, Instrumentos que acaricio con una extraña nostalgia, por no poder tocarlos. Pañuelos, telas, plantas, deseos conclusos e inconclusos, un sin fin de pequeños enseres que me diera mi madre “para el cortijo”... Regalos y detalles con nombre y apellido que evocan un lugar, un tiempo, un sonido, un olor... y un afecto. La casa tiene vida propia. Las cajas, de frutas y verduras, son las estanterías que, a duras penas, consiguen soportar la intensidad que las desborda. Un bastón, el bastón cuya empuñadura conserva aún el calor, el humor, un poco de dolor, la alegría, la honestidad... un especial sentido de la vida y toda la sabiduría que mi padre me heredara. Su bastón, que estuvo sosteniendo todo el peso que él ya no podía soportar.


Es este caos, escrupulosamente ordenado, me ando desmontando y construyendo, en armonía con todo alrededor, el silencio apacible, que no suele romperse, salvo por golondrinas, abejarucos, alguna voz, ladrido o un motor lejano y, de noche, un ruiseñor... convierten a este espacio en un lugar sagrado donde, como si del útero materno se tratara, me siento segura, libre y creadora.







Me gusta conversar con las, al menos, siete “diosas” que llevo dentro, auténticos debates con tan dispares perspectivas que no puedo por menos que abrirme a lo posible y dudar de todas mis certezas y en esta soledad enriquecida me atrapo en contradichos sin ninguna vergüenza.

Me hermano con personas capaces de serme tan sinceras que, a veces, hasta duela. Agarro este dolor, me vuelvo a casa y lo pongo, como tema de debate, sobre la mesa. Las diosas que me asisten, tertulianas, lo constatan, el dolor está en mi, no viene del afuera. Todo lo que yo siento, dolor, tristeza, miedo, rabia... lo hemos construido entre ellas y yo y sólo nosotras podemos deshacerlo o mantenernos allí para seguir sufriendo.


Soy adicta al tabaco y la ternura, soy animal de ternura y tengo el privilegio de encontrarla en cada rinconcito de mi vida, en las miradas, en Anxa (la mensaxeira), la gata que me acompaña y que me ama, en toda la infancia que no escapó de mi, que se mantiene y me permite sorprenderme cada cientos de veces que una misma belleza se me repite, en las plantas, en Olmo cuando me mira.... Cachorrito que, junto a Anxa, se han aparcado en mi alma para enseñarme a amar sin tonterías. Ni puedo ni quiero dejar de estremecerme cuando una persona, mayor que yo, se me cruza en el camino, cuando germina una semilla, cuando brota una hojita que anuncia nueva vida... en los abrazos, en la risa, en el dolor ajeno, en los sueños compartidos, construidos en equipo sin otra pretensión que ser equipo.

Creo en mis diosas, que viene a ser como creer en mi, terapia sanadora que yo les recomiendo; y cuando me levanto, casi cada mañana, hablo con ellas frente al espejo y les pregunto: ¿Cómo queréis hoy el día, triste o alegre?. Se pueden suponer lo que responden... Pero yo insisto: ¿Qué cosas nos ponen alegres, con qué actos disfrutamos?, tan fácil como perseguir mis goces y alegrías.



Hoy sé que cada cual tiene sus diosas o sus dioses y que con ell@s se manejan los afectos. A veces nos salimos a buscarlos, nos olvidamos que están adentro....

Me mueve sólo aquello que, sin gastar palabras, se derrama en los actos; y no en actos cualquiera, en actos solidarios, en actos creativos, en actos con amor, amor de equipo... en actos que requiebran por dentro, que tocan el sentir, que duelen cuando gozas, que nacen, necesarios, que me hacen llorar mientras me satisfacen, donde huelo la entrega sin espera, donde las sonrisas, los abrazos, las miradas y el esfuerzo son sinceros, donde mi compromiso es el relajo para jugarme entera y creativa, abierta y receptiva, atenta a las señales que envía el corazón cuando, desde esta honestidad, se abre vulnerable. Actos que tocan emociones porque, como ya he dicho en más de una ocasión, al fin y al cabo, es eso lo que somos, “Emociones con patas”.

Desde mi aventura con el cáncer y dado que antes tuve que gastarme en los desgastes que demos en llamar “urgencias” de la vida (el pago de hipoteca y otras vainas), he decidido, en la medida de mi posible, dedicarme a lo “importante”, como dice mi amigo y hermano Javier Márquez González: “Emocionar, emocionándome”.


La vida es generosa conmigo y me viene trayendo todo aquello que mis diosas y yo le pedimos. A veces me resisto, por eso de la urgencia y ella, mi vidita, que es osada y atrevida, me pega un vapuleo con lo que llamo “patadas en el culo”. La última patada, cáncer de mamas en dos tumores, servidos en bandeja con Lupus, ha sido suficiente para entenderlo. Aquí todo cambió, ya no me resistí, dejando que la vida, la buena, la sabia y generosa me arrastrara, exactamente, a donde yo quería llegar.


De la mano de Javier Márquez me voy a Huelva a conocer al equipo, al Club de Atletismo de San Bartolomé de la Torre y el temerario proyecto emocional: “5 Retos x Huelva” que, como un regalo, me agarra las entrañas, me rompe y recompone, me abre, me inspira, me transforma, me lleva, vagabunda, por el goce, me asusta, me excita... me atrapa desde el sentir del pueblo Bartolino, de sus gentes, me deja amar y sentirme “bienamada”. Proyecto que define exactamente aquello que me mueve, que sin gastar palabras solidarias que sólo llenan bocas y oídos de las misma personas, recorre la provincia dejando toda ella sembrada con las huellas de un grupo de fondistas que vuelcan su energía en cada golpe de pie sobre la tierra, para llegar a meta con el corazón desgarrado entre sus ojos, sus manos y sus labios; que van acompañados y asistidos por parte del equipo que, por la misma razón, también llevo su huella adherida a mi pecho y mis entrañas. Huellas que no borrarán ni el tiempo ni la lluvia, como tampoco han de borrar los gestos de dolor y de alegría, abrazos, sudor, desplome, sonrisas... cada instante, cada emoción, cada detalle... recreados en el magnífico legado que nos deja el objetivo de Carmen Núñez, cuya esencial mirada nos permite ser testigos de todo este proyecto.



No puedo por menos que estar agradecida al pueblo Bartolino, al Club de Atletismo San Bartolomé, a las personas que lo forman, a sus familias que han estado allí, colaborando y apoyando esta aventura y a Triunviral Films que supo plasmar en el corto “el viaje” la fuerza y el coraje que cada personita llevamos dentro y que puede permitirnos vivir la intensidad que nos regala la vida, el alma que han logrado transmitir estos maravillosos “5 Retos x Huelva”.

jueves, 13 de octubre de 2016

Lágrimas, dejadme salir

Atrapado en la desazón y la angustia que me produce, he visto brotar mis lágrimas dejando un surco liberado de profundo pesar. Adentrarse en los miedos que me lleva a caminos insospechados, invadido por la tristeza de tu ausencia, "lágrimas, dejadme salir".





Llorar es un acto físico en el que se derraman lágrimas, pero es también una reacción emocional ante la tristeza, la rabia o la alegría. Alivia tensiones, suaviza la pena o refuerza nuestra propia personalidad. Llorar es algo tan humano que es necesario para ser feliz. Es necesario y nos relaja, aunque nos empeñamos en convertirlo en un tabú social y continuamente recurrimos a escondernos, a evitar que nos vean públicamente llorar.

Sentir y dejarse llevar por las emociones te hace vulnerable, brotando esas lágrimas que nos humaniza, sacando lo mejor de nosotros.


Quiero ahogar mis penas en soledad,
Lágrimas, lágrimas... dejadme llorar.
El duro paso de la vida a la muerte,
castigando mis recuerdos, ausente,
sin querer afrontar el fin.
Aliviando mi tristeza, que me ahoga
Lágrimas, dejadme salir.


lunes, 1 de agosto de 2016

Supera tus miedos

Miedo. Cuantas veces hemos experimentado esa sensación de angustia, de incertidumbres o desconfianza a lo desconocido. Una emoción negativa de la que conviene aprender muchas cosas positivas y enfocarla a nuestra vida para que nos ayude a superar los obstáculos a los que nos enfrentamos.




Cuando echamos la mirada hacia adelante, nos entra vértigo de lo que aún está por pasar. Esa sensación de miedo nos impide disfrutar del presente, de todo lo que nos rodea, de nuestra vida y nos hace pensar en aquello que no sabemos cuando llegará.

Tristeza, ansiedad e ira van muchas veces de la mano cuando recibes la fatal noticia. Enfrentarse a la noticia del cáncer tiene mucho de valentía y el hecho de tener miedo, nos hace vulnerables, humanos y nos prepara para un nuevo reto: conocernos a nosotros mismos y enfrentarnos a nuestros propios miedos.

Si algo he aprendido en esta experiencia vital es a enfrentarme a mis propios miedos. Esos fantasmas que nos persiguen en las interminables noches y que nos hacen pensar y pensar. Esa etapa de nuestra vida que sirve para derribar otros muros.


No hay nada de malo en tener miedo. A veces, esa sensación nos permite estar en alerta, escuchar nuestro cuerpo y reaccionar ante cualquier síntoma extraño que detectemos.
Si somos capaces de identificarlos, saber cuales son esos miedos y externalizarlos, habremos conseguido el primer paso importante para superarlos.
¿Qué hay de malo en tener miedo? ¿Qué es lo peor que nos puede pasar?
La mejor forma de superar esos miedos es lanzarte a hacer cosas y fallar, aceptando esos fallos como parte de nuestro aprendizaje, teniendo el coraje y el valor para salir de la zona de confort.




El miedo y la soledad no pueden llenarse de más miedos y soledad. Esas piezas de un puzzle inacabado que nunca termina.

Lucha por terminar tu propio puzzle con las piezas positivas que nos ofrece nuestra propia vida, para al final decir que ha merecido la pena terminarlo, el mismo día que atravesamos la puerta del miedo y descubrimos lo que nos espera detrás de ella.




lunes, 6 de junio de 2016

Te necesito, mujer de Mil Batallas

"Te necesito, junto a mí, a cada instante, es así como yo te quiero. Sentir tu energía, rompiendo la distancia que a veces nos separa. Seré tu soldado más fiel en esta batalla que no acaba"

Hace tiempo que comenzamos la batalla. Y ahí sigues como una guerrera, aferrándote a la vida con fuerza y energía, mostrando que tu alegría y positividad son armas suficientes para salir vencedora. Esa es nuestra estrategia y esa es nuestra esperanza.



La vida te pone en el camino a personas con la que aprendes el sentido de la palabra VALENTÍA. Esa fuerza que uno necesita, a diario, para luchar contra los obstáculos que nos encontramos. Y es que son muchas las cosas que nos unen a Nieves Morano Martínez.



Esta guapa gaditana de 47 años apareció por sorpresa en nuestras vidas durante la entrega de premios del I Certamen de Iniciativas Positivas celebrada en Sevilla. Era una tarde de Febrero de 2015. Desde ese instante y al escucharla, supe que era una mujer especial. Transmitía sentimientos y fuerza en cada una de sus palabras, un rayo de esperanza de aquella tarde donde era premiada como iniciativa ciudadana en su lucha contra el cáncer.
¡Que paradojas tiene la vida!
Esa tarde admiraba a una mujer que hablaba de ganas de vivir, de afrontar los problemas con positividad y alegría para que justo un año después, fuera yo quien recogiera el mismo premio, la misma distinción ciudadana.

No olvidaré esa noche en San Bartolomé cenando en familia, cuando escuchaba hablar con tanta seguridad a una mujer que sabe lo que es golpearle la vida a una edad donde quedan tantas cosas por hacer y vivir. Nos contaba tantas anécdotas e historias, sus proyectos de futuro, sus incondicionales guerreras por toda España. Justo la noche antes de sentir como mi pueblo, San Bartolomé, la recibía con los brazos abiertos. Era 8 de Marzo y teníamos por delante un homenaje a la MUJER, pero a la MUJER GUERRERA que libra Mil Batallas.



Y es que tenemos la suerte de conocer gente en nuestra vida que nos enseñan el sentido completo de la palabra VIDA.
Todo cambió para Nieves hace 4 años cuando acudió a una mamografía rutinaria. Desde ese mismo día había iniciado una BATALLA, y se dijo a sí misma, que tenía que hacerse fuerte.

"El miedo que se siente en una situación así se vuelve VALOR, no por una misma, sino por todos los que tienes a tu alrededor" "Todo ese sufrimiento se transforma en apoyo, cariño y comprensión, es la mejor medicina. Si de algo estoy segura es que EL AMOR TODO LO CURA", afirma Nieves Morano en su libro.

Vivir aquellas experiencias y transformarlas en positivas ha hecho que nuestra gaditana pueda llevar a cabo muchos proyectos. El más importante, escribir este libro "Mujer de las Mil Batallas" donde cuenta su proceso con una visión positiva y donde nos deja muchos mensajes de fuerza que han servido como la mejor medicina para mujeres y hombres en su misma situación.

Ella fue impregnando su vida y la de su familia de unas fuerzas y energías tan grandes capaces de convencer a todos que la batalla estaba ganada desde el principio.

"Algún día todo tendrá sentido, así que, por ahora, ríete ante la confusión, sonríe a través de las lágrimas y sigue recordando que todo pasa por algo".

Nieves Morano se ha convertido, sin quererlo, en un referente para muchas mujeres que libran una batalla a diario y que plasman sus inquietudes, sus temores y sus miedos en la página de Facebook "Mujer de las Mil Batallas" desde la que Nieves inyecta optimismo, fuerza, energía y paz para todas ellas. Una capitana del ejército más poderoso del Universo: Ganas de Vivir.





¡Cáncer, qué palabra más fuerte!, ¿verdad? 
Desde que esta palabra hizo acto de presencia en mi vida, decidí que iba a intentar quitarle todo el poder y la fuerza que ella creía tener, y que  iba a luchar contra ella con todas mis armas. Armas que fueron mi optimismo y mis ganas de vivir . 
Sin darme cuenta le gané la partida y, es más, saqué de ella todo lo bueno que puede haber en una palabra tan poderosa.
Luché  y gané mi batalla rodeada de un gran ejército a mi lado , día a día, demostrando que si se puede.
Quizás en esos momentos no era consciente de lo que esa batalla iba a traer a mi vida. La valentía de escribir un libro y crear una página de Facebook, donde he formado una gran familia, mi familia rosa. 
Una familia formada por guerrer@s que están en la batalla y nos ayudamos, unas a las otras, con nuestros consejos y mensajes de ánimo, lo cual en momentos tan duros es muy importante. 
Voy a darle las gracias al Cáncer,  porque él sin saberlo, ha dejado en mi vida valores, vivencias y muchas personas que diariamente me hacen sentir especial.
Con todo lo malo y lo bueno...TE GANE CÁNCER! !

Este es mi particular homenaje a una gran amiga que me enseñó aquella frase, ya nuestra: "Las cosas que salen del corazón,  al corazón llega". Nieves Morano Martínez, una Mujer de Mil Batallas.


lunes, 23 de mayo de 2016

La revolución de las emociones. 2ª parte

Qué difícil resulta encontrar el porqué de las cosas. Nos obstinamos en buscar el motivo y la razón de aquello que sucede de forma inesperada. No entendemos que es esa fuerza que nos empuja a sobreponernos a las adversidades. Esa fuerza tan grande como invisible. Es aquello que la razón no entiende.


Y es que mirar a nuestro interior y mirar a las emociones es descubrir aquello invisible capaz de mover el mundo y cambiar a las personas. Se me escapa una sonrisa entre muecas de una felicidad incontrolable. No quiero encontrar motivos, sé cuales son las razones para que te encuentres de nuevo en nuestro camino. Lo has logrado con fuerza y coraje, esa valentía de una mujer que quiere vivir y demostrar que con cariño todo se puede. La fuerza de lo invisible que nos ha llevado a transformar la ira y la rabia en fuerza y lucha. Esa fuerza y lucha que hemos alimentado de mucho amor y cariño para lograrlo. Cada día inyectando valentía y venciendo todos los obstáculos que se cruzan en nuestro camino.



Qué alegría sentir contigo esa recompensa, disfrutarlo en este momento. No es hora de bajar los brazos, la lucha continúa, quien dijo que esto ha acabado. No es hora de rendirse ni dejar de luchar, pero tampoco confiar que esto ha acabado. Igual que sentimos cada día amanecer, así debemos afrontar el reto. Despertar con el objetivo de dejarnos todo en las horas de luz y descansar cuando llega la noche y el sol se va. Como la luz de las estrellas, brillará aquello que hemos ganado y que dejamos en forma de legado.



Encontrar en las emociones la paz que buscamos, la inyección de fuerza y amor como un tratamiento que todo lo cura. Es hora de ser vulnerables y sentir, no tener miedo a lo que experimentamos, ser humanos.

Bienvenidos a la revolución de las emociones.


jueves, 19 de mayo de 2016

La revolución de las emociones. 1ª parte

Os quiero presentar, a corazón abierto, a quien luchó contra la adversidad y encontró en las emociones una fuerza invisible que todo lo cura. Superando obstáculos en su camino y haciendo felices a los niños, Rafa se ha convertido en un superhéroe y en un ser optimista que practica, cada día, la revolución de las emociones, la revolución de la alegría.


Dedicado a mi amigo Rafael Tarsicio López Martín.

"Yo perdí las razones en el mismo instante en el que tú te marchaste.
Todo dejó de ser importante.
Fue entonces cuando cayeron las defensas que durante tanto tiempo me empeñé en levantar... Sólo los valientes atravesaron mis fronteras y se sentaron al pie de la cama.
Murieron aquellas ilusiones que soñamos juntos esperando que algún día se hicieran realidad.. en ese instante todo se volvió diferente.

Soy de los que cree que sólo uno mismo puede mirarse hacia adentro y contemplarse desde la más profunda intimidad, que los ojos perciben la vida siempre en escala de grises, y que es el corazón el que decide con qué colores redibuja la realidad a cada instante.
Por eso cuando el corazón se rompe y se para, todo se vuelve gris.
A ti y a mí ya nos dieron malas noticias aquella vez y sentimos el dolor desgarrador del corazón al morir. Tú y yo sabemos que el alma puede doler.
Pero somos valientes. Hemos vuelto para ponernos en pie, cargados de un puñado de razones.
Tan sólo pasaremos por aquí una vez... entendimos la vida a base de retortijones y el dolor reescribió los argumentos de nuestra historia. Por eso hemos decidido volver a dejar latir libre a nuestro corazón. Nunca nos gustaron los hombres y mujeres grises.
En nuestra pequeña vida, la de nuestros alrededores y nuestras personas favoritas, la de nuestras pequeñas manías y la de aquellos hijos que nos besan y luchan por nosotros hasta el final... en esa vida en la que vivimos... ahí seremos nosotros quienes demos a todos razones para sonreír y devolver las ilusiones que murieron de pena y de incertidumbres. ¡ÉSA SERÁ NUESTRA REVOLUCIÓN!



Nadie vivirá por ti, ni sentirá como nosotros... nuestro corazón ya se hirió de muerte y esa cicatriz hace que, a veces, funcione un poco cojo, algo descompasado... pero cada instante que nos regala junto a los nuestros, compensa la minusvalía dejando que lata más fuerte por los costados que aún le quedan sanos.
Puede ser que nuestro corazón perdiera algún color tras el golpe... y será por eso que ahora veo diferente lo que siempre pensé que había sido así. Ya no te distingo igual... ahora te veo más adentro al contemplarte... y puedo mirarte a los ojos y decirte sin miedo que me pareces la persona más maravillosa del mundo.

Hemos aprendido a amar de verdad. Es la ventaja de haber resucitado. Ya no hay miedo al qué dirán tras un “te quiero”, aprendimos a abrazar juntando fuerte mi pecho con el tuyo, acercando los corazones y no las mejillas.
Arrancamos las mortajas de nuestros muertos corazones asesinados por las malas noticias y nos alzamos en pie a vivir diferente. Siempre queda una vida por delante, no nos conformaremos con una prórroga en tiempo de descuento. 

Estamos aquí y ahora.

Y aquí y ahora serán siempre el lugar y el momento oportunos para ser felices.



Decía Momo que el tiempo es vida y la vida reside en el corazón. Y nuestro corazón sigue latiendo con pasión y con ganas... nosotros no perderemos el tiempo en malgastar los segundos que no regala cada latido.
Somos luchadores y guerreros. Conocemos lo esencial, aquello que es invisible a los ojos, ¿recuerdas?. Y esa verdad nos hace invencibles. No optaremos por resignarnos a morir en vida mientras sigamos vivos.
Así empezará nuestra revolución, la de la alegría desmedida y regalada, la de las sonrisas y el cariño.
Enfermó el cuerpo, no el sentimiento. Nuestras emociones están intactas y libres tras desatar los nudos que oprimían nuestro corazón.
Le enseñaremos al mundo que se puede y se debe entender todo de forma diferente. Nada me diferencia de ti, tú y yo habremos de marcharnos algún día de este campo en el que nos recostamos a soñar contemplando las estrellas...

Pero quizás mis roturas me hagan marchar antes... y es por eso que olvidé ya las prisas. No te distraigas pensando que aún está lejos el día en el que todo será diferente... es verdad que no eres tú quien tiene monstruos corriendo por las venas... pero si te olvidas de ser feliz tan sólo conseguirás ser infeliz y gris por más tiempo.

La luz y el calor sólo entrará si subimos las persianas y dejamos las ventanas abiertas.
Déjame pasar.


Mi alegría será la mejor demostración de que el dolor físico nada tiene que ver con el dolor del corazón.
Nuestra revolución de la alegría reinventará la vida que aún queda por vivir.
No fueron ni mi sonrisa ni mis lágrimas las que enfermaron, ni mi ternura ni mis abrazos.
No murieron ni mis sueños ni mis ganas... ¡mis amores están sanos e intactos!
No le tenemos miedo a la derrota, ya no hay nada que perder. Lucharemos cada batalla frente a los aburridos y los cobardes con la certeza de que venceremos. Y seremos quienes den la buena noticia de que la vida es tan sólo aquello que percibimos mientras aún estamos vivos...
Jamás volveremos a morir en vida, ni dejaremos que nos ahogue la tristeza.
Esa es la valentía de los que librarán batallas en esta revolución.
Trataremos el cuerpo contra el dolor, mataremos monstruos juntos tú y yo... pero ¿quién cuidará de lo invisible? ¿quién acariciará el corazón y arrancará sonrisas cuando el cuerpo ya no tenga fuerzas para sostener los adentros?
A veces, en vez de vivir plenamente nuestras emociones tendemos a acallarlas por la incomodidad que supone pensar en el dolor. Éste es uno de los principales motivos por los que los sentimientos más desagradables suelen ser complicados de gestionar: no estamos acostumbrados a experimentarlos. Tapar los sentimientos sean del color que sean puede ocasionar el efecto contrario: lo que se tapa, tiende a salir con más fuerza en el momento menos oportuno, quizás con la persona menos indicada.
Ven, prueba a darle una oportunidad a la esperanza.
Enciende la vida y prueba a mirarlo todo con emociones renovadas.
Nunca creí en los milagros... pero sé que la alegría que devolvamos a quien la perdió será un paso más hacia nuestra preciosa victoria.
Permítete sentir todo aquello que mana a borbotones.
Inúndate de sentimientos y pasiones, de aquellas miradas que nunca te atreviste a cruzar, de aquellos abrazos que nunca diste... de aquellos “te quiero” que jamás susurraste.

Siente.
Ser feliz será ser uno mismo.
Ése será mi único motivo para luchar: verte reír de felicidad.
Sólo así cambiará nuestro mundo.
Este mundo que no es de ricos ni de talentosos, ni de admirados ni de inteligentes.
Este mundo que es tan sólo de quien se la juega.
Ganaremos aún a pesar de perder la partida. Jamás nos arrepentiremos de lo hecho cuando en el intento hayamos dejado toda el alma.
¡TODOS vinimos aquí para vivir!

Pedir ayuda, derrumbarse por momentos, equivocarse en el intento y reconocer en alto los miedos serán formas de dar pasos al frente. A ser valiente aprenderemos poniéndolo en práctica, siendo auténticos, reconociendo nuestra vulnerabilidad.
Sabemos que todo puede ser diferente y que juntos cambiará.
Tú y yo lo haremos.
Mírate en el silencio. Nuestro corazón se acelera emocionado cuando imagina lo que aún está por hacer y las sonrisas que nacerán por este empeño.
Porque una vez nosotros ya vivimos lo que otros hoy viven hoy tras las puerta del hospital... porque nosotros ya entendimos que el amor es lo único que sobrevive a la muerte.
Lucharemos hasta el final.
Seremos amor y aceptación. Cariño y abrazos largos donde se cierran los ojos y se esbozan sonrisas.

Seremos amistad y confiaremos en ti incluso cuando tú mismo hayas dejado de hacerlo. Andaremos siempre dos pasitos tras de ti por si caes, para sacudirte el polvo de las rodillas con cariño y comprensión.

Estaremos donde siempre nos encontramos cuando cae la tarde y empiezan a lucir las primeras estrellas.

Bienvenido a la revolución"


martes, 3 de mayo de 2016

Sentir lo que tu sientes. La Empatía

Cuantas veces he querido sentir lo que tú sientes. Ponerme en tu lugar para comprender el dolor que te atormenta, aquello que arranca de tus entrañas lo mejor de la vida, eso que no quieres compartir y que guardas en tu soledad sin que lleguemos a calcular donde está el límite.



Enfrentarse a una enfermedad como el cáncer debilita físicamente y conduce a una situación personal en la que se lucha contra el dolor apartando a quienes más queremos sin hacerles partícipes de este proceso. Sin embargo nos equivocamos cuando huimos del apoyo familiar para afrontar esta situación.

La comunicación y la comprensión, la constancia y la armonía son factores claves en la relación interpersonal entre el familiar y quien lucha contra la enfermedad.
Aprender a escuchar, tener paciencia y comprender el mal humor nos debe hacer sustituir la rabia y la impotencia por fortaleza espiritual y emocional necesarias para recuperar nuestras vidas.
El secreto reside en la Empatía.



¿Y qué es la Empatía? Es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de entender y comprender que pasa por su mente, llegar a sentir lo que sienten los demás.

La empatía es avanzar más allá del reconocimiento de emociones, es alimentar la conexión entre nosotros y los demás. Una elección donde no juzguemos, reconozcamos las emociones desde su perspectiva y favorezcamos la comunicación con la escucha activa.



No es una tarea fácil. Conseguir ser empático requiere de entrenamiento y de mucha consciencia para lograr una mejora de nuestro entorno.

Decía el doctor Albert Jovell: "Al empatizar con mis miedos y dudas como enfermo, tú, mi médico, ya habrás recorrido parte del camino necesario para que mi enfermedad sea más fácil de sobrellevar y con ello de solucionar"










miércoles, 20 de abril de 2016

Encuentra una motivación

Escuchamos y leemos mucho sobre motivación. Aquella de la que debemos impregnarnos para conseguir objetivos en nuestra vida. Los profesionales la buscan para cumplir esas metas propuestas. El deportista lo hace para mejorar su rendimiento físico. Los artistas buscan la motivación para que llegue la inspiración creativa.

Pero, ¿qué es la motivación y como podemos enfocarla para el duro reto de plantar cara al cáncer? Os daré mi opinión.



La motivación es la energía que nos predispone para la acción, emana de nuestro interior y dirige la conducta. Todos necesitamos motivos para actuar y ser nosotros mismos. A veces, buscamos esos motivos o razones en otras personas sin darnos cuenta que esa energía se encuentra en nuestro interior.

Encontrar esa motivación es una difícil tarea, quizás porque luchar contra la enfermedad nos hace sentirnos débiles y sin la energía suficiente. Pero ahí radica el cambio que debemos dar a nuestras vidas. Sin miedo al error, disfrutando de nuestros actos, dándole sentido a lo que hacemos y sintiéndolo en cada momento. Así lograremos ese estado de felicidad y bienestar capaz de liberar una energía interior que cura aquello que no imaginamos. Una satisfacción personal que dota de sentido a nuestra vida.



Cuando sientas que todo está perdido y que las cosas van a peor, es el momento de buscar una salida y hallar una motivación que te ayude a salir de ese bache. Cualquier expresión artística puede ser un ejemplo claro de motivación (la música, la pintura, la fotografía, la escritura,....). Encontrar tu propia motivación nace desde el interior. Lograrlo es un reto al que nos enfrentamos cada día, sin que esté exento de dificultades. Hallar tu camino, labrar el éxito personal, hacer realidad nuestros sueños para que dejen de ser eso, sueños.

Encuentra tu motivación, sin olvidarte de....

Ser un entusiasta. Disfruta viendo tu propia felicidad.

Cumple con tus objetivos y comparte esa felicidad de ese logro con tus seres queridos.

Compárate contigo mismo. Analiza tus éxitos y anímate a continuar.

Diviértete y Actúa. Piensa en positivo.








domingo, 3 de abril de 2016

Resistiré

Cuantas veces llegué a perder esas partidas que la vida me ha jugado. Muchas me cerró las puertas sin encontrar salida.

Cuantas veces he compartido mi cama y sus noches con la soledad.

Sentir los miedos en silencio, rebelándose esos recuerdos en noches que no me dejan en paz.

Cuantos momentos perdidos en una mirada infinita que no encuentra donde mirar.

Soñando que todo pasa y que sólo vivimos de recuerdos, los que nos levantan la piel y nos hacen estremecer.

Y a pesar de todo, ahí estaré.  Resistiré....


Resistiré frente a todo y permaneceré de pié a pesar de los golpes de la vida. Seguiré viviendo, contando los momentos, soñando con aquello que me queda por realizar, arrancando hojas al almanaque sin pensar en otra cosa que disfrutar.



Resistiré.... sin dejar que mi enemigo sea yo ni me apuñale la nostalgia. 

Que no me amenace la locura, ni nada ni nadie me pase factura, que nunca me faltes tú.

Que aquí estaré y junto a tí, mi compañera..... Resistiré.



domingo, 27 de marzo de 2016

Conócete a ti mismo

Puede resultar obvio indicar que uno es responsable de su conducta y sus sentimientos, pero no siempre es así. Estamos demasiado condicionados por nuestro alrededor, aquello que piensan los demás de nosotros. Y cuando se pasa por el duro trance de la enfermedad, tendemos a protegernos y aislarnos.

"Conócete a ti mismo" es una frase atribuida al filósofo Sócrates, cuyo aforismo hacía referencia a la inscripción del templo de Apolo en Delfos.
Más allá de la frase en sí, que considera el alma como un espejo donde poder mirarnos, deberíamos cuestionarnos continuamente:

  ¿Quién soy yo?  ¿Cuáles son mis sentimientos?  ¿Qué quiero hacer con mi vida?




Estas sencillas preguntas nos ponen en el punto de partida de un camino que empezamos a recorrer sabiendo que la solución están dentro de nosotros mismos. No podemos cambiar lo que nos sucede, pero si podemos cambiar nuestra actitud frente a ello.

Para poder llevar a cabo esta transformación personal, debemos aceptarnos tal y como somos, identificando nuestras capacidades y reconociendo nuestras limitaciones: Esto es el Autoconocimiento.

Pero no debemos quedarnos ahí, debemos Actuar. La solución está en nuestras manos y al actuar no debemos tener miedo a equivocarnos y a cometer errores.  Nosotros decidimos como afrontar el resto de nuestra vida. Busquemos una motivación diaria y convirtamos las emociones negativas en positivas.

Te propongo un reto, para que lo repitas cada mañana durante un tiempo y compruebes si se ha producido algún cambio.

Sitúate frente al espejo y repite cada mañana:

¡Mejora tu vida!

¡No te quejes, afronta los problemas!

¡Actúa, haz que las cosas cambien! 

¡Conviértete en protagonista de tu vida!  ¡¡VÍVELA!!




Empecemos a dar pasos hacia una nueva vida, la que nos permita afrontar cada día el reto mas importante, VIVIR.

Frente al espejo o frente a los demás, hemos de tomar decisiones valientes, sin temor a equivocarnos, porque así y solo así, sabremos quienes somos. Nos conoceremos a nosotros mismos.


martes, 8 de marzo de 2016

Mi vida tras la cámara. Fotografía terapéutica

Hoy quiero contarles la historia de una mujer valiente, que mostró su fortaleza y ganas de vivir cuando todo parecía estar en su contra. La enfermedad llegó en un momento difícil de su vida. Ella que había viajado y conocido tantos lugares, se vio, de repente, encerrada entre las paredes de un hospital. Le habían diagnosticado un cáncer de mama con 45 años.


Afrontar la enfermedad es un momento duro y difícil. Hacerlo sola puede convertirse en un muro infranqueable. Pero más allá de las dificultades, nuestra protagonista mostró su lado más positivo y enseñó a todo el mundo sus ganas de vivir. Empujó a su familia a luchar desde el primer día, a llevar los duros momentos de tratamiento con una sonrisa y a afrontar con energía el duro camino que tenía que recorrer. Esa misma energía que le hacía cada mañana, en la cama del hospital, soñar con muchos proyectos, vivir cada momento y disfrutar de su pasión, la fotografía.


Cuando la vida nos golpea, saca lo mejor de cada uno. En el caso de Carmen, emergió un carácter y unas enormes ganas de vivir, de devorar los días exprimiendo el jugo de la vida, de mostrar sus emociones y su legado a través de su inseparable cámara de fotos.


La fotografía consigue llegar donde las palabras no lo hacen y tienen un poder curativo en sí mismo. Captar  la esencia del momento, aprender a priorizar, buscar un ángulo que resalte la belleza de lo que nos rodea. En definitiva, hablamos de fotografía terapéutica. Una expresión artística que nuestra protagonista ha sacado mucho partido. La fotografía discurre de una forma paralela en su vida, deslizándose entre el arte y la supervivencia.



Carmen quiso recordar la evolución de su enfermedad y los cambios físicos y emocionales a través de auto-retratos. Un paréntesis en su vida que le sirvió como una expresión corporal única. Su cámara de fotos se convirtió en un vehículo de comunicación no verbal. Como expresó la artista británica Jo Spence, es darle una forma visual al proceso al que te lleva la enfermedad del cáncer, es hacer más visible lo invisible. El nacimiento del inconsciente, expresión que Carmen Nuñez ha reflejado con maestría y mucha expresión artística.


He querido mostrarles la fuerza y coraje de una mujer valiente, que conquista poco a poco y que se convierte en un apoyo importante de una lucha que se hace tan necesaria cada día. Vivir es la palabra llevada a la máxima expresión que emergió un día de Carmen y que me hizo cambiar muchos conceptos vitales hasta ahora dormidos para mí. Ella repitió y reafirmó esta palabra en una frase que se ha convertido en un lema vital: Vivir, vivir y vivir, muchas ganas de vivir. Así es Carmen, una mujer que se hizo a sí misma y que ha convertido una situación de dificultad en una oportunidad para agarrarse a una vida, que le debe muchos y buenos momentos. Una fotografía que simboliza un retrato convertido en espejo con memoria, para que siempre la recordemos. Una corriente artística que es una terapia para afrontar el duro trance de la enfermedad olvidándose de los dolores y efectos negativos, pensando en la luz y el brillo que reflejan sus fotografías.

En reconocimiento y homenaje a mi amiga Carmen Núñez Feria