martes, 22 de noviembre de 2016

Felicidad, que bonito nombre tienes

La felicidad es tan efímera como intensa, llena de pequeñas cosas cotidianas y se presenta cada día en detalles que nos erizan la piel. No hay que buscarla, llega como resultado de lo que siembras en cada paso, de esa conexión con quien realmente quieres, esa química que llena de paz y sosiego nuestras almas.




La felicidad es darse cuenta de que nada es demasiado importante. Aprender a relativizar muchas cosas, aquellas que son tan materiales como insignificantes, para darle más sentido a aquello que es intangible y eterno en nuestro recuerdo.




Volver a nuestro pasado nos lleva a vivir momentos felices. Sentir esos abrazos maternos, aquellos que te protegen de todo lo que nos rodea, su olor y calor, ese cariño desbordado que es la expresión máxima de felicidad entre una madre y su hijo. No sé si podemos llegar a comprender lo importante de esos momentos, que se diluyen rápido y que se recuerdan con el tiempo como un tesoro guardado en nuestra memoria.


Ser feliz en tu recuerdo,
con aquello que me dabas
ser feliz sin miramientos
en tus gestos y miradas.

Imagino realidades
que las lleno de esperanza
Porque al verte siempre pienso
un día más de lucha ganada.


Es felicidad que se desvanece
como el fuego que se apaga
Es felicidad que me sosiega
para ti ya reservada.




jueves, 10 de noviembre de 2016

Dolores que desgarran el alma

Hay dolores que desgarran, que se sienten tan adentro,
que castigan nuestra mente y torturan nuestro cuerpo.



Dolores que no se explican, ni se entienden,
son dolores compartidos, de quien quieres y a quien sientes,
que no se apagan, como vela que resiste, por el tiempo desgastada.

Son dolores camuflados y escondidos, que no dejar ver cuan sufrimiento.

Muestran valentía de una fuerza sobrehumana, acto de amor sin límites, una sinrazón de tanta bondad.

Tus dolores resisten para seguir viviendo, para disfrutar un día más de quien quieres. Oportunidad irrepetible de verles crecer, alegrándote las tardes, comprobando ese amor, protección y fidelidad de quien te acompaña en cada maltrecho paso. Generosidad infinita de una lucha que, poco a poco, llega a su fin.



Nos quedan esos momentos, felices a nuestra manera, con pasión y llenos de profundo amor. Ese amor sincero, libre, destapado e infinito. Un amor que creció en tu vientre y que perdurará a pesar del tiempo.