lunes, 24 de abril de 2017

Confidencias a una madre

Son esas confidencias que llegan a lo más profundo de nuestro corazón. Con una fuerza desgarradora, es aquello que se dice y que, además, se siente. 

Y así, cada noche al acostarme, pensando en ese silencio junto a tu cama,
recuerdo todo lo vivido que, desde tu vientre, tu me regalabas.


Aún siento tus labios en mi frente, que era esa forma tuya de medir la fiebre.
Me gustaba acurrucarme entre tus brazos y sentir tus caricias.
Cuantas veces tus consejos acallaron mis sollozos,
Cuantas noches suspirabas esperando nuestra entrada.
Me gustaba reír contigo, sin motivos, aprovechar el tiempo y conversar de nuestras cosas.
Ver finales de carnaval hasta que los ojos se cerraban, 
abrigarme en tu cama,
resguardarme en tu cobijo.
Aprendí de tí a ser justo, practicar con la empatía.
Valoré tu esfuerzo para hacernos felices, ser niños ajenos a los problemas de la vida.
Te escuché contar cuentos imaginando realidades.
Me contagié de tus besos y abrazos, con ese olor que no se borra.


Pasó el tiempo, me hice mayor y seguí un nuevo camino, buscando nuevos retos y alejándome de ti pero llevándote en mi pensamiento cada día.
Y llegó la Lucha.
La maldita enfermedad quería hacerse fuerte,
pero tú eres luchadora y nadie te bajará la bandera de la esperanza.
Nos enseñaste que ese lema "Luchar, luchar y luchar" es tuyo cada día y que nada ni nadie nos debe impedir conseguir aquello que nos propongamos, por muy altos que sean los obstáculos.


Una luz que me guía, la fuerza que me falta, el sostén de mis cimientos.
Logras dar sentido a lo imposible.
Ser ejemplo de una niña, que me cuestiona de la vida.
Ejemplo de que todo tiene sentido con AMOR.


Confidencias  a una madre, susurradas al oído.............  Será nuestro secreto.



2 comentarios:

  1. Qué entrada más bonita, Javi!
    Cuanto sentimiento se respira. Las madres... están hechas de una pasta especial, todo lo pueden.
    Te mando un abrazo apretado.

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